VINOTECAS Y REFRIGERADORES DE VINO

La correcta exposición y el almacenamiento de las botellas de vino en bares, restaurantes y otros negocios de hostelería es clave para una buena conservación. Profesionales del sector afirman que el vino es “materia viva” y puede verse afectado por diversos factores como la luz, la temperatura o las vibraciones entre muchos otros.

Ante esta circunstancia, las vinotecas y los armarios refrigerados de vino se convierten en la solución perfecta para el almacenamiento.

Vinotecas y armarios refrigerados

Dentro de las opciones que existen para la conservación del vino de manera artificial encontramos las vinotecas y los armarios refrigerados. Ambos equipamientos permiten una buena conservación del vino y son una opción acertada para bares, restaurantes y otros negocios de hostelería. Permiten controlar la temperatura, regular la luz y la humedad del interior de la cámara.

La elección de uno u otro dependerá de las necesidades de almacenamiento y estética de cada negocio.

Factores a tener en cuenta en una vinoteca

  • Temperatura. Es uno de los factores más determinantes en el proceso de conservación del vino. La temperatura adecuada para todo el año es de 14°C, el exceso de calor puede provocar una maduración precoz y la alteración del color del vino, mientras que el exceso de frio puede provocar la aparición de depósitos tártricos en la botella. Estas sales se producen en el proceso de elaboración y su solubilidad depende únicamente de la temperatura a la que se haya conservado.

 

  • Humedad. Tanto el exceso como la falta de humedad en la vinoteca pueden causar daños en el vino. La falta de humedad reseca los corchos haciendo que este respire más de lo apropiado, o lo que es lo mismo, entre en contacto directo con el aire, lo que provoca una oxidación que afecta al sabor. Por el contrario, el exceso de humedad puede provocar la aparición de moho en el corcho, además de perjudicar el etiquetado de las botellas. El mantenimiento de una higrometría adecuada es un factor importante, tanto el exceso como la falta de humedad implican problemas, por ello un rango adecuado de conservación está entre el 65% y 75% de humedad.

 

  • Aireación. Una mala aireación por exceso o defecto puede influir tanto al sabor como al olor del vino. Para que esto no ocurra es necesario que exista una circulación continua y uniforme del aire en el interior de la cámara para evitar así la aparición de bolsas a distintas temperaturas.

 

  • Vibraciones. Este factor influye en la conservación de todo tipo de vinos, aunque actúan con mayor fuerza sobre los vinos tintos. Si un vino es expuesto a demasiadas vibraciones provoca lo que se denomina la “fatiga del vino”. Es por ello por lo que deben evitarse vibraciones que se produzcan de manera continuada y regular en el tiempo.

 

  • Exceso de luz. La exposición del vino a demasiada luz provoca su oxidación y por consiguiente, un cambio de color. Es recomendable que las vinotecas o armarios refrigerados se sitúen en lugares tenues y lejos de la exposición directa de luz natural. Por esta razón los armarios dotados con puertas de cristal incorporan un filtro anti rayos ultravioleta.

 

  • Posicionamiento de las botellas. Es fundamental que el corcho permanezca húmedo tanto en su parte exterior como interior. De ahí, la necesidad de que las botellas se almacenen en posición horizontal para que el corcho entre en contacto con el vino. Además, una pequeña inclinación permite que los sedimentos se depositen en el fondo. Lo ideal  es que las botellas se encuentren en posición horizontal con una inclinación de entorno al 5%.

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